Elon Musk, fundador de Space X, ha presentado su plan para colonizar Marte. Su proyecto para llegar al planeta rojo es sólo una buena campaña de publicidad.
Elon Musk ha participado hoy en el Congreso Internacional Aeronáutico (IAC), que se celebra estos días en Guadalajara (México), para dar a conocer sus planes sobre la colonización del planeta rojo. Hace sólo unos meses, el impulsor de Space X anunció su deseo de enviar seres humanos a Marte en 2024. Sin embargo, los detalles ofrecidos hoy son absolutamente decepcionantes.
Mark McCaughrean, asesor científico de la Agencia Espacial Europea, ha llegado a calificar de "unicornio espacial sinsentido" el plan de Elon Musk para llegar al planeta rojo. Razón no le falta. El emprendedor pretende que el ser humano se convierta en una "especie interplanetaria". Sin embargo, no ha explicado cómo superará el mayor desafío en la colonización de Marte: la radiación.
Un bonito plan de ciencia ficción
En la Tierra, la atmósfera y el campo magnético sirven como "escudos protectores" frente a la radiación solar y a los rayos cósmicos. Cuando un astronauta sale al espacio, se ve sometido a una elevada cantidad de radiación. En el caso de llegar a Marte, la NASA calcula que los tripulantes de la nave estarían sometidos durante el viaje de ida y vuelta a dos tercios de la radiación máxima que pueden soportar durante su carrera. Todo eso sin llegar a poner un pie sobre el planeta rojo.
Musk pretende que en Marte haya una ciudad en las próximas décadas, pero no ha revelado de forma convincente cómo protegería a los viajeros, teniendo en cuenta que la atmósfera de este planeta es muy fina y no protege frente a la radiación dañina.
Además, la gravedad en Marte es mucho menor, un problema con consecuencias imprevisibles para los seres humanos que llegaran allí. Durante su ponencia, el fundador de Space X y Tesla ha obviado estos dos retos, probablemente los más complejos a la hora de colonizar el planeta rojo.
Antes de empezar su charla, la compañía aeroespacial daba a conocer un vídeo en el que mostraba cómo pretendía llegar a Marte. Un buen corto de ciencia ficción donde una nave despegaba de una base como la de Cabo Cañaveral para iniciar un viaje de dos años hacia el planeta rojo. Lo que en principio parecía una buena campaña de marketing ha sido recibida entre aplausos y gritos por los asistentes al Congreso. Musk ha empezado entonces a dar detalles técnicos sobre las naves o la reutilización de los cohetes de lanzamiento. En los últimos días, Space X ya había dado a conocer las primeras pruebas de encendido de Raptor, el cohete con 42 motores en marcha para lanzar al espacio esta hipotética sonda.
El emprendedor ha afirmado que trataría de reducir los costes del viaje a Marte para que rondaran los 200.000 dólares por persona. La idea de Musk es que dentro de un siglo haya una colonia de un millón de personas sobre el planeta rojo. A su juicio, el problema de establecer una colonia en Marte no sería el agua, sino la energía. Y, para evitar la radiación, su objetivo es construir una especie de "campo magnético artificial". Una idea ridícula y simplista rodeada de una gran campaña de publicidad: es imposible hacerlo. ¿O tratará Musk de evitar toda la radiación en el espacio? ¿Construirá acaso una burbuja protectora en el planeta rojo? Pero, ¿cómo? Musk se escuda en ideas bonitas y pretenciosas sin ofrecer soluciones reales. Publicidad absoluta.
Para mostrar otra de sus alocadas propuestas, basta con hacer números. Si quiere crear una colonia en Marte en la que viva un millón de personas -y cada una habría pagado 200.000 dólares-, el coste total de esta "ciudad marciana" ascendería a 200.000 millones de dólares. Sin embargo, el presupuesto total de laEstación Espacial Internacional durante sus quince años de vida ha sido de 150.000 millones de dólares. Eso sin contar los gastos asociados a los viajes, dado que Musk ha presentado unas cuentas irreales donde no contempla el transporte de personas ni comida dentro de las naves, algo que lógicamente aumentaría el presupuesto.
La meta de Musk es convertir a Marte en "la nueva frontera", un destino interesante con el que la sociedad pueda soñar. Pero su objetivo es irreal y peligroso. Los planes del fundador de Space X son simplistas y se asemejan más a una película de ciencia ficción que a un verdadero proyecto de exploración espacial. Ideas que además generan muchas dudas tras los recientes problemas de su compañía, con la explosión de un cohete espacial o las dificultades en el aterrizaje de las Dragon. En las últimas décadas, el ser humano ha conseguido llegar más allá de los confines del sistema solar, algo sólo posible gracias a la investigación, el trabajo, el tiempo y la financiación. De momento, mal que nos pese, no es factible colonizar Marte y mucho menos en los términos marcados por Musk durante la conferencia.
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