Podría decirse que la nueva película de Ridley Scott, The Martian, es ciencia-ficción, pero solo por unos pocos años. La historia del astronauta de la NASA que queda atrapado en Marte y debe sobrevivir aguzando el ingenio está llena de tecnologías muy reales. La propia NASA las repasa.
La razón por la que The Martian es tan realista es sencillamente porque su autor, Andy Weir, es un entusiasta de la física y la mecánica orbital que trabaja como ingeniero de sistemas para uno de los laboratorios nacionales de Estados Unidos. Sus padres son científicos también, y Weir quería que su primera novela tuviese los mayores visos de realismo posibles. Estas son las nueve tecnologías que veremos en el film y que, algún día, veremos sobre la superficie real de Marte.
El hábitat
Gran parte de la película, el astronauta Mark Whitney, interpretado por Matt Damon, vive dentro de un habitat sobre la superficie marciana. Los astronautas de la NASA entrenan ya con un módulo muy parecido, el HERA (Human Exploration Research Analog). Estos entrenamientos ayudan a pulir el funcionamiento del habitat de cara a su futuro uso en Marte.
El cultivo en el espacio
En el mundo real no son patatas, sino lechugas lo que cultivan los astronautas. El uso de nuevas técnicas hidropónicas y la iluminación mediante LED en diferentes longitudes de onda ya permite que los habitantes de la ISS disfruten de una pequeña ensalada de vez en cuando. Cuando lleguemos a Marte, el tratamiento de suelo marciano podría hacer este proceso incluso más efectivo.
El reciclado de agua
Llevar agua hasta Marte consumiría incontables recursos y cada cargamento tardaría 9 meses en llegar. En lugar de ello, tanto la tripulación de la misión Ares 3 en The Martian como los astronautas de la ISS sencillamente reciclan cada gota de agua de la estación (sudor y orina incluidos). El sistema de soporte vital recicla todo el líquido disponible. En palabras de uno de los astronautas de la NASA: “el café de hoy, es el mismo que el de mañana”. Estos métodos de reciclaje y purificación se perfeccionan cada día más.
La manera de generar oxígeno
En la película, Mark Whatney emplea una máquina llamada Oxigenador, que crea oxígeno como un subproducto a partir del CO2 del generador de combustible. En la ISS, un dispositivo de soporte vital procesa de forma continua la atmósfera para añadir oxígeno o separarlo del agua en caso necesario. El hidrógeno sobrante va a parar al sistema para generar agua.
El traje de astronauta
El traje que lleva el protagonista de la película tiene muy poco que ver con el que se usa en los paseos en órbita. Es flexible y cómodo, y permite realizar casi todo tipo de tareas. El diseño del traje que los astronautas reales llevarán a Marte ya está aprobado. Actualmente pasa por todo tipo de pruebas para que, cuando toque estrenarlo, sea aún mejor. El mayor problema es el polvo. Para evitar su entrada en el habitat, la NASA contempla un sistema por el que los trajes tengan un acceso trasero y siempre permanezcan fuera del habitat.
El rover de transporte de personal
La NASA lleva tiempo desarrollando un vehículo multipropósito para que los primeros hombres en poner el pie sobre Marte o sobre otros planetas puedan moverse con mayor facilidad. Se trata del MMSEV (Multi-Mission Space Exploration Vehicle). Dotado de seis ruedas, el MMSEV es una plataforma de investigación que ha permitido avanzar en campos tan alejados como el diseño de cubiertas antiradiación, los sistemas de entrada y salida al vehículo, o el alcance sobre diferentes terrenos.
La propulsión de iones
Ya hemos oído hablar antes de los motores de iones. Son los que han llevado nuestras sondas hasta Ceres, y son también los que llevan a la tripulación del Hermes hasta Marte en la película de Ridley Scott. El impulso de los motores de iones es mucho menor que el de los motores que queman combustible, pero es un impulso constante, con lo que los tiempos de ruta se acortan sensiblemente. A falta de un motor mejor, es nuestra mejor opción para llegar a Marte.
Los paneles solares
Los paneles solares de la ISS generan entre 84 y 120 kilovatios, el equivalente al consumo de unos 40 hogares. En realidad, los sistemas de la estación no necesitan tanto para funcionar. Se trata de sistemas redundantes de emergencia para que nunca falta la energía. La nave Orion también se alimenta de energía solar, y en Marte será nuestra fuente de energía más fiable.
El generador RTG
El generador termoeléctrico de radioisótopos (RTG por sus siglas en inglés) ha proporcionado energía en el espacio desde las misiones Apolo. Rovers como el Curiosity o la sonda que nos ha llevado a Plutón también lo utilizan. El del Curiosity genera 110 vatios continuos.
El RTG obtiene electricidad a partir del calor generado por el decaimiento de Plutonio-238, un isótopo altamente inestable y radiactivo. Afortunadamente, la radiación que emite es de tipo alfa. su alcance es de unos pocos centímetros y no penetra los materiales. Cuando lleguemos a Marte, la radiación del propio planeta es un obstáculo mucho mayor. El mayor, de hecho, hasta la fecha.
El viaje a Marte
El espacio es duro y no concede segundas oportunidades. El margen de error en muchas operaciones es de cero, y por eso aún estamos probando muchos de los sistemas que nos llevarán hasta allí. Viajar a Marte solo es una cuestión de tiempo, no de imaginación. Si todo va bien, podríamos ver la primera misión tripulada hacia el año 2030. [vía NASA]
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