X-Men Apocalypse destaca, al igual que sus otras dos antecesoras por la calidad de actores como McAvoy (Charles Xavier) y Fassbender (Magneto), aunque han quedado relegados ahora a un segundo puesto, para dejar el paso a esta nueva hornada de mutantes. Pero no son los únicos que quedan diluidos. Hay tantos personajes, buenos y malos, que el espectador no llega a conocer las motivaciones de ninguno. Al igual que Fassbender, Jennifer Lawrence (Raven/Mystique) sigue bien pero sin lucirse, como Sophie Turner (Jean Grey), que apunta a ser el centro de las inevitables películas que vendrán.
Especialmente lamentable es el caso de Olivia Munn (Psylocke) que se “hace mala” sin explicación ninguna, y parece que el único rol que le da Singer en la película es enseñar cuerpo. Totalmente desaprovechada es decir poco, seguramente tenga más metraje en el tráiler que en la película final. ¿Por qué poner en el póster a alguien que dice “cuatro palabras” en toda la película? Bryan Singer tendrá la respuesta.
Corta de humor, también peca en el fanservice, con escenas introducidas con chorros de pegamento más que con calidad e hilo narrativo. Y es que lo que no tiene explicación no tiene consecuencias. Los amigos se reconcilian y aquí no ha pasado nada, las ciudades de millones de habitantes se destruyen pero no solo nadie paga las consecuencias, además premiamos a los que las destruyen.
Donde sí podemos aplaudir es en las luchas, pelas y batallas, pero muchas de ellas son muy cortas y rápidas como para tener en cuenta. Salvo quizá los momentos de tensión del inicio en el antiguo Egipto. A pesar que la batalla final se demuestra inconsecuente, nos sirve para ver una "batalla mental" entre Xavier y Apocalypse, con Jane Grey entrando de por medio, queseguramente sea lo más destacado de la película, por la variedad que aporta. Recordando un poco a "las peleas dentro de Matrix" de The Matrix (1999) donde las leyes de la física se podían moldear.
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