Las luces de terremoto son un extraordinario fenómeno asociado muchas veces a lo desconocido. Pero nada más lejos de la realidad. Existe una explicación física sobre lo que ocurre y cómo podría ayudarnos.
Recientemente se cumplía un año desde el terrible terremoto que devastó Nepal. Aún más reciente es el sismo que ha asolado Ecuador. En este contexto, y alejándonos de las tragedias que forjan estos fenómenos naturales, existen otras historias también curiosas; incluso misteriosas. Cuando ocurre un terremoto de esta magnitud, en seguida surgen imágenes y rumores sobre luces extrañas. Pronto, todo tipo de teorías descabelladas recorren las redes y las mentes de los que no están preocupados por su seguridad. Las luces de terremoto son una realidad, aunque muy abonada por las pseudociencias, por desgracia. Hace unos años conseguimos entenderlas un poco mejor. Y aunque hoy día no tenemos claro el mecanismo que hay detrás de ellas, al menos sabemos que es un fenómeno terrestre y bastante mundano.
Las misteriosas luces de terremoto
Ovnis, Gaia, gases, orgón... cada cual elige creer en lo que quiere. Cuando lo que ocurre es un fenómeno tan titánico y estremecedor como puede serlo un terremoto, es lógico pensar en cosas increíbles. Así, damos explicación a lo que se sale de lo común. Pero las conocidas como luces de terremoto, o EQL por sus siglas en inglés, son un fenómeno natural y real, con una base física. Como decíamos, todavía desconocemos el mecanismo o, incluso, muchas de sus implicaciones. Pero lo cierto es que la explicación científica de las mismas está por ahí, escondida, esperando a que la terminemos de desenterrar.
Pero antes de poner sobre la mesa lo que sabemos, ¿qué son las luces de terremoto? Este fenómeno está documentado desde hace siglos, con distintas atribuciones. Según cuentan las crónicas, momentos o, incluso, días antes de un terremoto hay quien asegura haber visto destellos, luces, bolas luminosas y todo tipo de efectos de este tipo procedentes de la tierra. Durante el terremoto, efectivamente, se da este extraño fenómeno. Ya en la época de los sesenta, en Japón, se consiguió grabar una luz de terremoto. A día de hoy, con tantos dispositivos digitales, es común que aparezcan imágenes de luces de terremoto tras un sismo.
Pero estas no son tan comunes como puedan parecer. De hecho, muchas personas confunden las luces de terremoto con explosiones de transformadores y otros elementos de las potentes líneas de alta tensión (que también resultan impresionantes). Pero no. Las luces de terremoto tienen otra naturaleza. De hecho, hasta hace poco, las hipótesis más descabelladas espantaban a la comunidad científica, provocando el descrédito de este fenómeno. Sin embargo, cada día estamos más cerca de desentrañar el misterio sobre su verdadera esencia.
Cuando la tierra se vuelve cielo
Según lo que sabemos de las luces de terremoto gracias a los estudios más recientes, las luces de terremoto se forman en un proceso parecido, salvando las diferencias, al que ocurre en las nubes o en la atmósfera. No son procesos iguales, pero sí existe un paralelismo: las cargas eléctricas. En las tormentas, grosso modo, las nubes se cargan eléctricamente al ir "arrancando electrones" de la atmósfera. En un punto dado, la diferencia de potencial, debida a la carga, provoca un chispazo que saltan en forma de relámpago hacia tierra.
Las pruebas vistas hasta el momento no muestran una carga suficiente como para provocar los efectos observadosSegún las últimas hipótesis, algo parecido ocurre en el proceso de los terremotos. Es decir, la roca se carga eléctricamente y la energía salta a otros puntos con diferencia de potencial, como si de rayos se tratasen.Pero la roca no es conductora. ¿Cómo ocurre este fenómeno? Aunque la roca no es conductora, las capas superficiales de los materiales rocosos, por su conformación, sí son capaces de acumular carga eléctrica, según el estudio. Para comprobarlo, los investigadores han probado a simular los efectos de los terremotos con tanques de diversísimos materiales.
Aunque los resultados no explican todo lo que se ha observado, está claro que ante un movimiento sísmico, los materiales no conductores son capaces de provocar una diferencia de potencial. Esos sí, las pruebas vistas hasta el momento no muestran una carga suficiente como para provocar los efectos observados. Pero al menos da una hipótesis que permite abrir nuevas puertas a la investigación.
Prevenir un terremoto
Esta investigación no es baladí. Como casi todo lo que pasa por un laboratorio, tiene una utilidad. Muchas son las hipótesis sobre lo que ocurre antes y después de un terremoto. El objetivo principal de esta información es poder prevenir adecuadamente su impacto. Si sabemos con certeza que un terremoto va a ocurrir, entonces, podemos poner las medidas preventivas necesarias para minimizar los daños. No es la primera vez que se trata de hacer. Pero, por el momento, el único sistema de prevención que funciona avisa con muy poco tiempo de antelación, apenas minutos. Insuficiente para tomar grandes medidas.
Como explicábamos, muchos métodos se han buscado para prevenir un terremoto. Ejemplos como la tragedia de L'Aquila muestran el increíble interés. Y también enseñan que estamos en pañales ante los terremotos. ¿Pueden servir estas luces como un indicador de una futura catástrofe? Si solo se producen durante el sismo, no tienen más utilidad que los métodos conocidos hasta el momento. Pero si en algunos casos ocurren antes, podrían ser un indicador más en un sistema que nos ayude a protegernos. Así que habrá que seguir investigando, conociendo y entendiendo. Quién sabe. Tal vez, algún día, comprendamos lo suficientemente bien esta tierra que pisamos y nos da la vida.
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