Papá Noel, Santa Claus, o Nikolaus son todos nombres para referirse a San Nicolás, un obispo turco del Siglo III que se ganó la fama de repartidor de regalos y en quien la cultura occidental se inspiró para dar forma al querido personaje
Si bien Papá Noel está asociado a la nieve, las renos y los trineos, el verdadero San Nicolás nació en un paradisíaco y soleado enclave de la costa del mediterráneo turco. Se trata de Patara, en la actual zona de Licia, un pueblo bendecido con arenas blancas y aguas turquesas. Las playas de esta región forman lo que se conoce como la Riviera Turca y a pesar de no ser tan conocidas como las del Egeo, son tan o más espectaculares. Patara cuenta con una playa virgen de 18 kilómetros de largo, considerada la más larga de Turquía y rodeada por una exuberante vegetación. Es muy visitada por aquellos que buscan nuevos destinos naturales que combinen la posibilidad de realizar variados deportes acuáticos y disfrutar a la vez de un cercano contacto con la naturaleza.
Se pueden observar a las tortugas marinas empollando sus huevos en un espectáculo que sorprende. Además desde su puerto se realizan varias excursiones en pequeños cruceros para recorrer las maravillosas islas que salpican la Bahía de Fethiye. Aquí fue donde nació San Nicolás en el año 245. Huérfano y habiendo heredado una gran fortuna, decidió repartirla entre la gente más necesitada y especialmente entre los niños, dando vida a una tradición que persiste. En su juventud se dedica al sacerdocio y se convierte en el Obispo de Myra, actual ciudad de Demre, próxima parada en la ruta del descubrimiento de San Nicolás.
Ubicada en la provincia de Antalya, también sobre la costa del mediterráneo turco, Demre es una ciudad muy visitada por los peregrinos cristianos ya que aquí se encuentra la tumba de San Nicolás. Hasta el año 2005 la ciudad era conocida con el nombre de Kale, pero a partir de ese año tomó el nombre del río homónimo que la atraviesa. Demre fue hasta 1920 una importante comunidad griega y cristiana, por lo que aún hoy se pueden ver las casas abandonadas. Como Obispo de la ciudad y convencido de que había que erradicar cualquier referencia pagana, San Nicolás ordenó demoler el Templo dedicado a la diosa griega Artemisa, una de las construcciones más bellas e importantes del pueblo licio. Hoy en día siguen en pie algunas construcciones que merecen ser visitadas como el Anfiteatro Romano, que es uno de los mayores de la región.
Además, hay dos complejos de tumbas rupestres que datan del Siglo IV a.c. y que se destacan por su decoraciones con relieve y por el uso del color. En la Iglesia de San Nicolás, íntegramente decorada en estilo bizantino y muy bien mantenida, se puede visitar el sarcófago donde originalmente se enterraron los restos del santo, y que más tarde fueron trasladados a Bari, Italia, razón por la cual San Nicolás es conocido en Oriente como San Nicolás de Myra y en Occidente como San Nicolás de Bari. El culto al santo famoso comenzó a extenderse, debido a su caridad y tras adjudicársele varios milagros como salvar marineros o resucitar a tres niños asesinados. Desde entonces se lo considera el Santo protector de los niños, los marineros, los estudiantes y comerciantes.
Siguiendo por la costa mediterránea hacia el oeste, andando la Ruta Licia, vale la pena llegar hasta el romántico enclave conocido como el Valle de las Mariposas. Es uno de los tesoros mejor guardados del país, hogar de las mariposas tigres. Una bahía soñada, donde pocos llegan y que es el reducto elegido por los amantes del senderismo, ya que en el camino se descubren playas paradisíacas, restos arqueológicos y frondosos bosques con fauna y flora autóctona. El recorrido puede terminar en Olüdeniz, una de las playas más famosas del país y considerado una de las mejores playas del mundo y sitio ideal para la práctica de parapente.
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